Bueno, no hay que pensar en Dios tampoco como una figura autoritaria y castigadora, ya que eso generaría una obediencia ciega infundada por el miedo al castigo más que el ligamiento genuino de amor.
No pasará nada por desobedecer algún mandato divino. Lo que llamas destrucción es un estado permanente en donde ya no hay vuelta atrás, pero eso es muy difícil que ocurra, son casos extremos. Aún así Dios puede sanarlos por "senderos que solo él conoce". De hecho tengo la creencia que incluso instantes antes de morir se nos dará la oportunidad de la redención. Se podría decir en ese sentido que Dios es "demasiado bueno".