El amor a los padres se va perdiendo naturalmente, los hijos tienen parejas, una vida independiente y los padres ya no son lo que eran décadas anteriores, también la vejez de los padres influye en ese alejamiento sentimental, de modo que no debería ser tan perturbador la muerte de los padres. Aquellos que no se toman su vida personal muy en serio siguen atados a sus padres, y lógicamente la muerte de ellos causa un gran dolor, pero la ley de la naturaleza nos dice que el afecto hacia los padres se va perdiendo, y luego nuestros hijos serán independientes, afectivamente mas lejanos otorgándonos el argullo de haberlos educado bien.