JUEGO DE OUIJA, JUEGO DEL DIABLO
En una tarde aparentemente tranquila, Sofía, Joaquín y Ana, amigos de escuela deciden jugar a la Ouija, realmente eso no es un juego, pero el grupo de amigos lo vió así.
Y a quién invocamos? - preguntó Ana.
A mi abuela - dijo Sofía.
Y Joaquín dijo: no, mejor a mi papá.
A ver, mejor a ambos que les parece?. Y Sofía y Joaquín estuvieron de acuerdo.
Fueron a casa de Ana, a la medianoche, aprovechando que sus padres habían salido a una fiesta, los tres amigos iban a tener una experiencia que les cambiaría la vida por completo.
Ana va en busca del tablero de Ouija a su cuarto, en eso, se apagan las luces por unos segundos y vuelve a encenderse, apresurada Ana baja con el tablero en mano a la sala, lugar donde estaban Joaquín y Sofía esperando.
Ana les dijo: espero no se vuelva a ir la luz chicos.
Qué luz, de qué hablas Ana? - preguntaron Joaquín y Sofía.
Es que se fue la luz por unos segundos en mi cuarto cuando sacaba el tablero de Ouija.
No Ana, aquí en la sala no se ha ido la luz para nada.
En eso, los tres se quedaron mirando como si eso fuese un presagio.
Mejor empecemos, antes de que lleguen mis padres - dijo Ana - bien empezaré a invocar a la abuela de Sofía, mientras colacaba la copa de vidrio sobre el tablero.
Abuela de Sofía, si está presente manifiéstese.
Ningún ruido, todo silencio.
Repite, abuela de Sofía, doña María si está aquí responda, y en eso la copa avanza a la palabra SI, y empieza a dirigirse a las letras formando palabras que decían: no soy la abuela, soy un demonio. Y cuando apenas terminó de escribir la palabra, Ana botó la copa de miedo.
Joaquín y Sofía se asustaron, Joaquín le dijo a Ana que no debió de haber tirado la copa.
Y Sofía le dijo: pero agarra otra copa de la alacena de tu mamá, y háblale al demonio a ver qué quiere.
Cómo se te ocurre - dijo Ana.
Es que ahora cómo sabremos si se fue o no ese demonio.
Y en eso se apagan las luces de la casa, los tres gritaron de miedo.
Ana fue en busca de una linterna y les dice que seguro volverá pronto la luz.
En efecto Sofía y Joaquín no lo estaban pasando bien y decidieron irse a sus casas.
Sabes Ana, mejor me voy a mi casa, pero primero quiero ir al baño - dijo Sofía.
Está por el pasadizo, a la derecha - dijo Ana.
Y Joaquín se quedó con Ana en la sala y le dijo que no se irían hasta que venga sus padres o regrese pronto la luz, pero eso era muy extraño, ya que afuera todos tenían luz, excepto la casa de Ana.
Al rato que se va Sofía al baño, Joaquín escucha una voz que lo llama y le dice a Ana, escuchaste eso? .
No, qué escuchaste Joaquín? - dijo Ana.
Era la voz de Sofía llamándome pero desde adentro de tu casa - se acerca sigilosamente - y le dice a Ana, iré a ver de qué se trata, quiźas es Sofía llamando o se le apagó la linterna.
Ana se queda sola en la sala mirando la oscuridad del lugar donde apenas la tenue luz de su linterna alumbraba, en eso escucha gritar a Joaquín y a Sofía.
Ana va hacia ellos corriendo, no los encuentro ni en el baño, ni en la cocina, y de nuevo escucha gritos de Joaquín pero en el segundo piso, Ana sube corriendo, pero se le apaga la linterna, lo único que puede hacer es seguir la voz de Joaquín, pero no logra encontrarlos por ninguna parte.
Joaquín, Sofía! - gritaba llamándolos Ana.
Pero nada, de pronto un silencio, Ana sin saber qué hacer, decide salir de su casa a pedir ayuda, pero mientras bajaba por las escaleras, al final del último peldaño escucha un rugido como de una bestia delante de ella y Ana gritó, por última vez.
Horas más tarde, los padres de Ana regresan de la fiesta, abren la puerta e increíblemente logran prender la luz.
La mamá de Ana le dice a su esposo - pero que tranquilo y silencioso está toda la casa, parece que Ana se portó bien.
El esposo le dice - mira, hay un tablero de Ouija en la mesa y una copa rota tirada en el suelo.
Ambos padres se miran y van a buscar a Ana a su cuarto.
No está, no había rastro de ella, llamaron a la policía por su desaparición y nunca la hallaron hasta el día de hoy, ni a Ana, ni a sus dos amigos Joaquín y Sofía.
