Hola Kronk, me gusta mucho tu pregunta y voy a responderte desde mi punto de vista como persona que recibió una formación de centroizquierda.
Resulta preocupante que se catalogue a una corriente ideológica entera como una “enfermedad mental”. Esta clase de afirmaciones no solo banaliza problemáticas de salud mental reales, sino que busca descalificar por completo las ideas del otro bando sin un análisis objetivo de los argumentos. Es la falacia Ad Hominem en todo su esplendor... A los políticos les encanta el Ad Hominem cuando se quedan sin argumentos y les funciona! La gente los aplaude.
Danan pues termina por distorsionar aún más la realidad y refuerza prejuicios que impiden una discusión abierta y constructiva. Lo peor es que no es el único que lo hace, muchas voces mediáticas preparan debates que son completamente desequilibrados e injustos para una de las partes y así llevar el contenido del debate a su terreno. No muestran la riqueza de las formas de pensar diferentes en todo su esplendor y es una completa pérdida de tiempo que solo busca contentar a sus adeptos y ganar visitas.
En redes sociales y programas de debate a menudo se presentan personas con actitudes extremas o contradictorias que no representan a la mayoría de quienes defienden la justicia social. Cuando se enfatiza esa visión caricaturesca, se pierde de vista que hay una gran diversidad en la izquierda y que sus propuestas buscan soluciones concretas para los problemas de la ciudadanía. Los verdaderos héroes están en la calle, en las facultades... Y he de decir que hay mucha diferencia entre la televisión e Internet, donde la gente es tan tendenciosa, a la vida real. En la política y en la mentalidad se nota mucho.
El verdadero reto está en promover espacios donde las ideas puedan confrontarse de forma respetuosa, alejándose de los insultos y priorizando la solidez de los argumentos. Un debate de calidad es esencial para que la sociedad avance, en lugar de quedarse atascada en descalificaciones y generalizaciones injustas.
Por supuesto que no ayuda para nada el hecho que existan pésimos gobernantes de izquierda, pero también los hay del bando contrario. La corrupción no tiene color. Muchas veces desde la derecha se critica el exceso de Estado en un país y olvidan por ejemplo que en Somalia o Haití no hay nada de Estado y son países terribles para vivir también, mucho peores que Cuba y Venezuela.
En ese sentido, como dice Kimy, creo que la virtud está en el término medio y tender puentes, ver en qué aspectos un bando tiene razón y cuáles en el otro. Por desgracia la gente tiende a ir a los extremos porque son los más populistas, tanto de izquierda como de derecha. El sentimiento pues suele derrotar a la racionalidad y en lugar de tender puentes y escuchar las necesidades del pueblo, es más importante salir victorioso de un debate amañado y teatrero...
En fin, nos queda mucho por avanzar en política. Yo los mejores políticos que he conocido son de centroizquierda, y créeme porque en la Academia pues realmente fueron los mejores, los que enseñaban mejor. Conocí a políticos muy buenos, porque los políticos buenos EXISTEN, con compromiso y sacrificio, dispuestos a sacrificar su riqueza para cumplir con las necesidades que tiene la sociedad.
Pero por desgracia esos políticos que tuve la suerte de conocer y admirar no tienen tanto poder mediático y no obtienen tantos votos. Como digo, lo que mueve más es el marketing y el populismo. Pero viva la centroizquierda porque es la mejor opción y son los que realmente han levantado países.