Putear a la señora, a los mirones, a mí por putear y sobre todo la putísima gente que ni existió y no lo impidió sólo porque no existió. Mira qué conveniente. Ay y la nena no se vaya a romper la uña puteando a la señora, si es mi obligación ciudadana aunque qué violencia tan animal deberían putearme.