La sensación de familiaridad, que reconforta al ser humano y el distrae de su angustia existencial, se alimenta, en parte, por la distinción "nosotros contra ellos". Además, la tendencia a falsos argumentos como 'ad hominem' son muy comunes en el parlamento, y bastante aplaudidos también. Todo esto alimenta las posturas radicales y muestra la valentía (y falta de éxito) de las propuestas moderadas. Yo he estado a ambos lados y sé que hay héroes y malos de color más azul o más rojo. Lo que falta es la síntesis y actuar con sentido común sin estar limitado por prejuicios ideológicos.
Más que ignorancia, yo diría falta de valor.